Iglesia Cristiana Adventista del Septimo Dia

Soy Gabriela madre de un adicto y esta es mi historia. La adicción de mi hijo empezó a los 17 años él tenía unos meses usando esa droga., cuando yo me di cuenta... lo metí a un centro de rehabilitación en el cual duró dos meses. Yo ignorando ese doloroso camino creí que con eso bastaba pero a los pocos meses mi hijo Guillermo otra vez volvió a caer Con el paso de su adicción se empezaron a perder cosas en casa y nuevamente lo internamos. Estuvo en una clínica de recuperación donde lo atendían psicólogos y habían pocos muchachos según yo porque quería que estuviera en un buen lugar sin saber qué con el paso de los años y de su adicción mi muchacho dormiría hasta en la calle. Ahí duro 6 meses y salió y estuvo bien unos tres meses, tuvo una recaída más y lo mandamos a la isla de Cedros un año. A mí me dolía en el alma ver que mi hijo se perdía de tantas cosas bellas que la droga le estaba arrebatando de lo grande que él podía llegar a ser y del gran camino que le quedaba por recorrer pero sobre todo le estaba arrebatando su alegría y a mí me está arrebatando a mi hijo Porque él era mi hijo el más amoroso el más bromista la mayor parte de su adicción la pasaba internado. Siempre luchó para poder salvarse de ese infierno todas las veces que lo internamos fue por su propia voluntad, llegué a ver a mi hijo completamente flaquito y con sus pies tan enfermos que cuando llegaba así a casa después de haberse ausentado por muchísimo tiempo el maldito cristal me lo mandaba derrotado y enfermo con una enorme tristeza y con ese grito desesperado pidiendo ayuda. Recuerdo que su hermana Ale le ponía sus pies en agua muy caliente con sal y bicarbonato, recuerdo las muchas veces que le tenía que poner Vaporub en su pecho porque llegaba con mucha tos y le sentía sus huesitos de lo flaco que está. La horrible droga me lo dejaba en una de sus tantas recaídas recuerdo que una vez me dijo ya dejame madre pero ya alejame de tu mente yo soy feliz con esta vida el lloraba yo le dije si eres feliz porque lloras hijo ese día se recargó en mi hombro y yo llorando le dije quisiera morirme llevarte conmigo parar asi descansar en paz los dos. Otras palabras que me marcaron de él fue una ocasión que lo fui a ver a un centro y me dijo Mira mami si yo saliendo de aquí vuelvo a lo mismo no te culpes tú me educaste para ser un hombre de bien yo me curvie, sus palabras me dolieron tanto porque comprendí que no dejaría ese camino. Miles de veces le dije: Memo tú escoges dónde comer lo harás en un basurero o en un buen restaurante y tristemente me demostraba su elección. Cuando estaba internado y lo visitaba siempre me preguntaba cómo está todo allá afuera mami sólo le contestaba todo sigue igual el único que está cambiando eres tú mi muchacho. Fueron años que él no estuvo en navidad en su cumpleaños o de sus hermanos en festividades especiales pues estaba internado o en la calle. Recuerdo que muchas veces le pedí a Dios que sí así iba a ser la vida de mi hijo se lo llevara, ahora comprendo que no sabía lo que estaba diciendo porque desde el día que se murió yo estoy incompleta, no hay día que no le piense que no le extrañé su amor su ternura y su alegría que él nos daba cuando la inmunda droga lo dejaba libre. Pero sabes Dios nos dio un regalo de vida a los que lo amabamos porque la última vez que estuvo internado duro más de un año saliendo se puso a trabajar y estaba muy feliz por qué pasaría en navidad sin drogas emocionado nos compró regalitos antes de llegar Navidad paseamos y lo disfrutamos tanto. Siempre nos Quería dar besitos y no se cuánto, nos amaba nos tomamos muchas fotos y cuando llegó la Navidad estaba muy feliz esos días fueron un regalo de Dios porque si no hubiera sido por esos días no tuviéramos ninguna foto de mi muchacho ni esos recuerdos hermosos que son con los que nos quedamos. Todo lo malo de su pasado quedó muy atrás. Pero recuerdo que por esos días le dije a mi Memo: hijo ya nunca más vuelvas a drogarte porque si lo haces te van a matar y lo abracé pues Tijuana ya está muy peligroso fueron dos veces las que hice lo mismo y él me contestó: No mami no te preocupes eso ya quedó atrás Yo le decía que él ya tenía dos problemas uno era el de la droga y la otra era donde iba y se metía a consumirla a esos peligros me refería. La última vez que vi a mi muchacho fue el 18 de febrero del 2018 me fueron a llevar el y su hermana al aeropuerto. Recuerdo que lo abracé y nos dimos un beso y le dije Cuídate mucho hijo Pórtate muy bien Te amo mi amor y él me contesta No te preocupes mami Yo estaré muy bien. A la semana de haberme ido mataron a mi hijo en una casa donde vendían droga mi hijo tubo una recaída más y pasó lo que yo tanto temía murió a los 30 años. Al final le digo a las drogas que mi muchacho se fue como su familia siempre lo quiso ver no se fue consumido por ellas vomo tantas veces me lo tenía. Su muerte me dejó como si yo estuviera hecha de arena pues el dolor de su ausencia me desmorona me duele y cala en mi alma. Lamento tanto los meses los días los años que no lo tuve a mi lado porque por muchos años el cristal me lo arrebató. Día a día trató de confortar poco a poco mi dolor pensando que ya tiene la paz que en esta vida Terrenal no tuvo. Esta publicación va para ti para que recapacites y veas el profundo dolor que dejas en la familia al estar consumiendo drogas